PRIMOGÉNITA

(primera parte)

Disclaimer: Los personajes de Xena, Gabrielle, Hope, Eve, pertenecen a MCA/Universal Studios, no se pretenden infringir derecho de autor, la única finalidad de esta historia es entretener. Los otros personajes son de mi imaginación. Si quieres incorporar esta historia a tu página, por favor antes pide permiso que no te será negado.

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PROLOGO: Esta historia se desarrolla luego del nacimiento de Eve, antes de que Xena se enfrentara a Atenea en Amphípolis...

LA HISTORIA:

El viaje había sido largo y cansado, ya había pasado el medio día; así que Xena y Gabrielle decidieron pasar la noche en una villa, para luego continuar su viaje.

Una vieja amiga de Gabrielle, Lina, vivía ahí y les ofreció la casa de su hermano, que estaba desocupada pero habitable, para que se alojaran.

Lina les había dejado víveres, frazadas y agua; y se había retirado; Gabrielle y Xena estaban en el comedor hablando, mientras que Eve dormía en uno de los cuartos de la casa.

En ese momento, un destello irrumpió en la habitación donde se encontraba la pequeña y apareció un figura...

Era una joven de profundos ojos azules y cabello castaño oscuro que, por su aspecto, parecía ser una amazona.

Daga en mano, se acercó hasta donde dormitaba la bebé, dispuesta a acabar con su corta existencia.

La observó por un momento, meditó y supo que no podría hacerlo, no podía matar, no de esa forma, era un indefenso bebé... Si alguna vez había matado lo había hecho sólo en defensa propia y esa niña no estaba amenazando su vida.

Ésta era la única vez que no cumpliría una misión, la misión que le había encargado aquella persona a la que le debía tanto.

La joven dio un profundo respiro y se dispuso a guardar su daga para luego retirarse del lugar, pero en ese instante fue sorprendida por algo que volaba hacia ella desde el otro lado de la habitación, logró esquivar aquel objeto y al voltearse vio una figura, que le parecía familiar, acercarse...

GABRIELLE: ¡Aléjate de ahí!- dijo la rubia exaltada y llena de rabia- Tendrás que matarme primero, para llegar hasta esa niña; y eso no va a ser fácil.

La joven retrocedió al escuchar a Gabrielle.

Gabrielle se acercó, tomó el sai que le había tirado a la desconocida y empezó a atacarla.

Ésta sólo esquivaba los golpes de su atacante, mas no se los respondía... Qué diablos estaba haciendo Gabrielle ahí; eso quería de decir que Xena estaba cerca, y aún no era momento de volver a verla.

Al escuchar el bullicio causado en la habitación donde estaba su hija, Xena se apresuró para llegar allá, ese ruido no significaba nada bueno.

Al llegar a la habitación observó la escena, Gabrielle tenía atrapada a la joven entre la pared y el filo de sus armas, cuando estaba dispuesta a intervenir reconoció a la extraña que estaba siendo sometida por su amiga.

No podía creer lo que estaba frente a sus ojos, ¿era posible, acaso los destinos le estaban dando otra oportunidad de reparar sus errores?

Xena iba a entrar, pero lo pensó por un momento y decidió esperar para pensar un poco en cómo iba a actuar.

GABRIELLE: ¿Quién eres y por qué querías matar a la hija de Xena?.

Los ojos azules de la joven se abrieron llenos de sorpresa: ¡¿Qué?! ¿¡La hija de Xena!? – dijo completamente estupefacta por las palabras de Gabrielle

GABRIELLE: Sí, la hija de Xena, acaso no lo sabías, ¿no sabías a quién ibas a matar?

GABRIELLE: ¿Esperas a que te crea?, hace unos momentos ibas a matarla y ahora me dices que dedicarías tu vida a cuidar de ella. Pues estás muy equivocada si piensas que voy a confiar en ti.

A pesar de los hechos, Gabrielle creía en cada palabra que la joven decía, había algo en ella que le causaba confianza; pero no podía fiarse de ella, muchas veces se había equivocado en juzgar a las personas y esta vez no podía dejarse engañar nuevamente, no si la vida de Eve corría peligro...

XENA: Sí Diana... – Interrumpió la guerrera-

DIANA: Xena!

XENA: ...Eve es mi hija, tu hermana... – dijo mientras se acercaba

Gabrielle miró a Xena completamente desconcertada, qué estaba pasando: ¿Qué? ¿¡Hermana!? ¿De qué estas hablando Xena? –dijo Gabrielle mientras bajaba los sais del cuello de Diana.

XENA: Sí Gabrielle, ella es Diana mi hija... mayor. – Mirando a la joven -

Diana miró a Xena tratando de mostrar algo de indiferencia, o al menos eso quería que pareciera, luego miró a Gabrielle, que todavía no salía de su sorpresa.

GABRIELLE: ¿Hija?, no lo puedo creer, creo que me perdí de algo. ¿Hay algo que debas decirme Xena?

XENA: Sí Gabrielle, hay mucho que decir, pero no ahora...

DIANA: ¡¿Hija?!, vaya, hace un tiempo no lo creías así Xena... –con una sonrisa de ironía en los labios.

XENA: Lo sé Diana, y no sabes cómo me arrepiento de eso, tenemos mucho de que hablar.

GABRIELLE: Sí, mucho de que hablar, pero deberíamos salir de aquí, es casi un milagro que Eve no se haya despertado con todo el barullo que hicimos.

Cuando llegaron al comedor las tres mujeres rodearon la mesa, pero ninguna se sentó; Xena y Diana se miraban, al mismo tiempo que Gabrielle las miraba a ambas...

GABRIELLE: Muy bien, creo que será mejor si no sentamos para hablar. ¿No lo creen? Así estaremos más cómodas.- dijo mientras se sentaba. Bien, quién quiere comenzar.

XENA: Gabrielle es una larga historia.

GABRIELLE: Pues me gustaría escucharla Xena, estoy muy confundida con respecto a quién es quién...

DIANA: Esto no tiene sentido, será mejor que me vaya – dijo la joven poniéndose de pie-

XENA: ¡No Diana, espera, tenemos que hablar!- Dijo la guerrera tomando del brazo a la joven de ojos azules.

Diana se volteó y se soltó de la mano de Xena: No Xena, ya no tenemos nada que hablar, eso lo hicimos la ultima vez que nos vimos, o ya no lo recuerdas?

XENA: Sí, lo recuerdo perfectamente – bajó la cara y se volteó dándole la espalda– eso fue un error un gran error de mi parte, el cual tengo que corregir..., el cual quiero corregir.

DIANA: ¿No crees que ya es algo tarde para eso? Tú tomaste una decisión al no creer en mí, al no creer en todas y cada una de las pruebas que te presenté. Y sí, fue un error, un gran error de tu parte, por el cual estuve a punto de matar a mi... a tu hija.

XENA: ¡A tu hermana!

DIANA: ¡No Xena!, Eve no es hija de Borias para ser mi hermana.

XENA: ¡Pero es hija mía...!

Diana sonrió sarcásticamente y la miró: ¡¡¡Pero yo no!!!

XENA: ¡Basta! – dándole una bofetada a Diana – Deja de comportarte así...

Diana recibió la bofetada, y vaya que dolió, pero ella no lo demostró, volteó a mirar a la princesa guerrera, tratando de formar en sus ojos una frialdad y un desprecio que jamás sentiría por ella.

Gabrielle miraba la escena, y se sintió fuera de lugar, por lo que decidió abandonar la habitación y hacerle compañía a Eve, mientras las dos mujeres arreglaban su situación. Más tarde despejaría sus dudas, al menos eso esperaba.

XENA: ¡Maldita sea! Sí, cometí un error y daría mi vida por enmendarlo- mientras brotaban lágrimas de sus bellos ojos azules- por los dioses Diana, es que acaso nunca vas a perdonarme.

Xena se acercó y abrazó a su hija. La joven se estremeció ante el contacto de la alta guerrera, y a pesar de que deseaba con toda el alma hacer lo mismo se contuvo poniendo todo de su parte para lograr hacerlo. Cerró los puños al mismo tiempo que lo hacía con sus azules ojos, de los que las lágrimas luchaban por salir mas ella no se lo permitía.

Xena soltó a la joven, y mientras le acariciaba el rostro y se miraban a los ojos, comenzó a hablar: Tienes que entender, en aquel tiempo estaba confundida con todo lo que estaba pasando; acababa de perder a mi supuesto hijo, después Gabrielle cayó al hoyo junto a Hope, y yo intentaba encontrarla. Y en esos momentos llegas tú con una verdad increíble... ¿Cómo querías que reaccionara?, sé que de la forma que lo hice no fue la adecuada; pero cuando todo estuvo más claro y los recuerdos regresaron a mí, se me hizo fácil ver la verdad. Y créeme Diana, luego de eso te busqué, en cada viaje que hacía, en cada villa a la que iba, en cada tribu amazona esperaba encontrarte... y así pedirte perdón. Pero parecía que huías de mí, cada vez que preguntaba por ti, la gente me decía que ya habías pasado por ese lugar mucho antes...

DIANA: ¿Esperas a que te crea? ¡¡¡Vamos Xena ni siquiera se lo dijiste a tu mejor amiga!!!!, Gabrielle no estaba enterada de mi existencia, ¿y quieres hacerme creer que me buscaste?. Si lo que estás haciendo es por miedo a que lastime a tu hija, pierde cuidado Xena... no lo haré.

XENA: Estás equivocada... ¡¡¡no se trata de eso...!!!!

DIANA: Entonces de qué, por qué ni siquiera Gabrielle sabía que yo existía Xena... por qué

XENA: ¡¡Porque tuve miedo!! Tuve miedo..., ya había perdido a un hij..., a alguien a quien quería como tal, y no quería que nada ni nadie te lastimara, es por eso que Gabrielle no sabía de ti, quise protegerte frente a todos, entiende que no podía confiar en ella con la amenaza de Hope o Callisto o de cualquier otro dios o mortal que quisiera herirte; no podía arriesgarme a decírselo a nadie, no quería que nadie te arrebatara de mí... no otra vez. – las lágrimas seguían cayendo de sus ojos a la vez que palabras brotaban de sus labios-

DIANA: Pero sabías que soy la protegida de...

XENA: Lo sé, pero sabes que no confío en ellos, nunca lo haré... Por favor créeme, y por favor perdóname...

Diana caminó y se reclinó en la pared dejando caer su cuerpo al suelo, al igual que las lágrimas caían del azul acero de sus ojos.

DIANA: No lo sé, estoy tan confundida... – con las rodillas pegadas al pecho, abrazándolas y poniendo su joven rostro entre ellas.-

Se hizo silencio por un momento, ambas estaban llenas de sentimientos encontrados y lágrimas, de dolor y tristeza.

Gabrielle había escuchado la conversación de aquellas mujeres de azules y profundos ojos y oscura cabellera. Se sentía algo herida por lo que había escuchado decir a Xena, pero sabía que tenía razón, después de lo que había pasado con Solan y Hope; es por eso que no podía estar molesta con ella.

Decidió ir hacia donde estaban Xena y Diana, para ver que era lo que sucedía en ese prolongado silencio.

Diana estaba en el suelo, mientras que Xena la observaba desde la silla en la que estaba sentada. En ese momento la joven se puso de pie, se limpió las lágrimas de las mejillas y tomando un largo respiro dijo: Será mejor que vaya, tengo que poner en orden todas mis ideas y sentimientos.

Xena se puso de pie y quiso detenerla, pero sabía que sería inútil: Espera un momento.- Le dijo mientras sacaba algo una alforja que estaba sobre la mesa.

Diana volteó, Xena le tomó la mano le puso algo en ella y se la cerró alcanzándola hacia su pecho; la joven miró a la guerrera y miró a su mano mientras la abría; lo que tenía era un collar, era su collar de perlas negras, cerró la mano y miró a Xena. Dudó por un momento sobre lo que iba a hacer... tomo un hondo respiro para luego dirigirse a la salida de la casa. Montó un potro gris y desapareció de la triste mirada de Xena en el horizonte.

Gabrielle dio alcance a su amiga que se encontraba fuera de la cabaña, le puso una mano en el hombro; al sentirla Xena la miró con un gesto de agradecimiento al saber que la acompañaba.

Luego de eso, entraron a la casa. Xena se sentó con los codos apoyados en la mesa y las manos en el rostro, mientras Gabrielle estaba parada a su lado: ¿Quieres hablar de esto?- le preguntó la rubia a su perturbada amiga.

XENA: Fui una estúpida. Debí creerle, me presentó todas las pruebas necesarias; además el parecido que tenemos es tan notorio; me vi en ella cuando tenía su edad... Y a pesar de todo eso no le creí... ¡Por los dioses!, no puedo creer lo ciega que fui. – Las lágrimas inundaron nuevamente su rostro.

Gabrielle sabía que no era el momento más oportuno para pedir explicaciones. Guardó silencio ante el sufrimiento de su amiga, la abrazó, puso su mentón sobre la cabeza de Xena y comenzó a acariciar su oscuro cabello.

CONTINUARÁ...

 

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